Glucosa 255

Estoy en la oficina del doctor quien me entregara los resultados de mis estudios médicos a los que me sometí con el objetivo de saber mi estado de salud. Me pasa a su privado y me entrega un sobre con los resultados y tres diagnósticos que vamos repasando uno por uno. El primer diagnostico es sedentarismo. ¡Vaya sorpresa!, con mi trabajo de oficina y mis pocas oportunidades para hacer ejercicio no me sorprende. Además, creo que este fue el diagnostico mas fácil de todos, hasta yo mismo lo sabia antes de la consulta.
El segundo diagnostico es que tengo piedras en la vesícula. No tengo dolor ni molestias, pero el doctor ya quiere (así los siguiere velada y abiertamente) que me opere lo mas pronto posible. No creo operarme, mientras no sea estrictamente necesario (o sea, que me duela).
El tercer diagnostico es que tengo diabetes. Mi glucosa en la sangre tuvo un resultado de 255 ml cuando lo normal, con 12 horas de ayuno, es de unos 75-80. Bromeo, torpemente, y le digo que al menos no es cáncer. Se me queda mirando, con esa mirada que interpretas como un “pobre pendejo, no sabe lo que dice” y me empieza a explicar qué es la diabetes y por qué se debe tomar en serio, M-U-Y en serio.
El doctor me explica:
“La diabetes mellitus es un conjunto de trastornos metabólicos, cuya característica principal es la presencia de concentraciones elevadas de glucosa en la sangre de manera crónica, debido ya sea a un defecto en la producción de insulina, a una resistencia a la acción de ella para utilizar la glucosa, a un aumento en la producción de glucosa o a una combinación de estas causas.
Es una enfermedad que no causa dolor en etapas tempranas, pero sin tratamiento (control) adecuado puede ocasionar ceguera, falla renal, vasculopatía diabética, ataques cardiacos o cerebrales. Esta falta de dolor hace que muchos pacientes no tengan el cuidado necesario para controlar su situación y solo lo hacen cuando ya es demasiado tarde.”
La primer pregunta que le suelto: ¿Se cura?. No, me responde, no se cura. Se controla y maneja con medicamento, ejercicio y dieta. Así que me receta mi tratamiento 850 mg de metformina, ejercicio y comer pescado, pollo sin piel, nueces y verduras. Disminuir al máximo los carbohidratos.
Tengo sentimientos encontrados y muchas dudas. ¿Esto me paso por genética o yo lo cause por no cuidarme? ¿Tendré la fuerza de voluntad y la constancia para seguir un tratamiento de por vida? ¿Cuánto años me quedan?
En fin, salí de esa oficina con miedo, incertidumbre y muchas dudas. Empiezo este blog como una forma de apoyo para ser constante y no flaquear. Poner las respuestas que vaya encontrando y, sobre todo, las dudas que vayan saliendo en el camino.
A bajar lo dulce.

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